💭 ¿Y si te dijera que tu salón es tu socio?

En la gestión de un negocio, hay momentos en que te enfrentas a decisiones en solitario. ¿Contratar a alguien? ¿Invertir en productos nuevos? Descubre una estrategia mental infalible para decidir con cabeza fría, convirtiendo a tu propio salón en tu socio más lógico y objetivo.

Se podría decir que el mundo se divide entre dos tipos de personas:
👩‍💼 Las que toman decisiones…
📋 Y las que siguen normas.

Y sí, ya sé lo que estás pensando:
🗣️ “A ver, Luana, un poco de las dos hacemos todos, ¿no?”

Y llevas razón. En el día a día todos decidimos cosas:
☕ si tomar ese segundo café
🚦 o si saltarte el semáforo en rojo para no llegar tarde (no lo hagas, ¿eh? 😅)

Pero cuando hablamos del entorno laboral, ahí sí que se ve bien claro en qué grupo estás.

Déjame contarte una historia.

👫 Imagina una pareja: María y David.
🏨 David trabaja en la recepción de un hotel. Tiene unas normas claras: cómo vestir, cómo hablar con los clientes, cómo hacer el check-in.
Su día a día consiste en cumplir con lo que le han marcado para hacer bien su trabajo.

✂️ Y luego está María.
Hace 8 años decidió alquilar un local y abrir su propia peluquería. Desde entonces ha tenido que decidirlo TODO:
📅 El horario
💰 Los precios
🧴 Los productos
🎨 El color de las paredes
🧑‍🎓 Si contratar a alguien o no
💇‍♀️ Qué servicios ofrecer
…Y un larguísimo etcétera.

Y esto, que suena tan bonito como “ser tu propia jefa” 👑
En la práctica es una montaña rusa 🎢 de decisiones en solitario, muchas veces sin mapa, sin red y sin ayuda.

Lo complicado no es decidir.
Lo complicado es tener que hacerlo tú sola, sin saber si esa decisión te va a acercar al negocio rentable que soñabas… o te va a meter en un lío 💥


🎯 Mi truco para decidir sin culpa

💡 Me inventé un socio.
Y ese socio es mi salón.

Sí, sí.
🏠 Mi salón es ese socio que tengo en cuenta cada vez que toca decidir algo importante.
Es frío 🧊, egoísta 😈 y solo piensa en su bienestar.
Pero también es el que tiene todos los datos reales:
📊 cuántos clientes vienen
💶 cuánto facturamos
📉 cuánto cuestan los sueldos, los productos, la luz…


🧠 Caso práctico:

🗓️ Mes de julio.
👩‍🦰 Cuatro personas en nómina.
🏖️ Una de vacaciones.
🦶 Otra se rompe el pie (baja de 2 meses).

💬 Yo:
“Hay que contratar a alguien. No damos abasto entre dos.”

💬 Mi socio (el salón):
“Ya… pero recuerda que en julio y agosto bajamos siempre la facturación.
La de vacaciones cobra igual, la de baja también, y meter a una más te dispara los costes.
❓¿Vas a poder cubrir 5 sueldos?
❓¿Estás dispuesta a perder más de 2.000 € al mes por esa decisión?”

💬 Yo:
“Uff… no. No puedo permitírmelo.”

👉 Resultado:
✂️ No contraté.
📆 Rediseñé la agenda para priorizar servicios técnicos.
⏰ Hicimos horario de verano.
📉 Ajustamos compras.
☕ Y puse una máquina de café en recepción, que un café en la mano siempre hace más agradable la espera.

Así, amig@, es cómo se toman decisiones.
Con números. Con cabeza. Y con un café si hace falta.


Tener un socio imaginario no es una locura, es una estrategia.
🧠 Y tú también lo tienes: es tu salón.
Solo que aún no habéis tenido vuestra primera reunión.

🪑 Así que ya estás tardando.

Si quieres que me siente contigo y te ayude a escuchar lo que tu salón tiene que decirte,
🫱 estaré encantada de acompañarte en ese proceso hacia una dirección (decisión 😉) más consciente.